Las almohadas son esenciales para poder disfrutar de un sueño placentero y reponedor, un aspecto fundamental que repercute directamente en nuestra salud. Por eso es muy importante, además de elegir la almohada que mejor se adapte a nuestra forma de dormir, mantenerla siempre en las mejores condiciones posibles.
El estado de la almohada influye directamente en la calidad del descanso y prolonga la vida útil de la misma. ¿Quieres saber cómo puedes mantener tu almohada en las mejores condiciones posibles? En este post os contamos algunos consejos que debéis tener en cuenta.
Limpieza regular
La limpieza regular es crucial para evitar la acumulación de polvo, ácaros y bacterias. Por eso debes realizar una limpieza de forma regular. En este aspecto es muy importante que revises las instrucciones de cuidado del fabricante para ver si la almohada se puede lavar en lavadoras o si necesita unas condiciones de lavado muy específicas.
En general, se recomienda lavar las almohadas cada tres o seis meses en función del modelo y del uso. Para ello, utiliza un detergente suave y evita el uso de suavizantes, ya que pueden afectar la integridad de los materiales de relleno.
Secado correcto
El secado adecuado es tan importante como el lavado. Asegúrate de que la almohada está completamente seca antes de volver a utilizarla. Si aún estuviera húmeda se podría formar moho en su interior.
Protege con fundas
Las fundas y protectores de almohada son muy útiles para prevenir manchas y el desgaste prematuro. Estas fundas son lavables y proporcionan una barrera adicional contra los alérgenos. Además, facilitan la limpieza regular, ya que sólo necesitas lavar las fundas con frecuencia.
Exposición al sol
De vez en cuando, expón tus almohadas al sol. La luz solar ayuda a eliminar la humedad y los olores. Además, actúa como un desinfectante natural. Déjalas al sol durante unas horas y asegúrate de darles la vuelta para que ambos lados reciban la luz directa.
Aireación regular
Permite que tus almohadas respiren. Esto implica agitarlas y golpearlas suavemente para redistribuir el relleno. La aireación ayuda a mantener la forma original y evita que los materiales se compacten.
Control de olores
Si notas que tu almohada tiene un olor fuerte y persistente, puedes solucionarlo con bicarbonato de sodio. Esparce este producto sobre la almohada y déjalo actuar durante unas horas. Luego, aspira el exceso. El bicarbonato de sodio absorbe los olores y refresca las almohadas de manera efectiva.
Almacenamiento adecuado
Almacena tus almohadas en un lugar fresco y seco cuando no estén en uso. Evita lugares húmedos para prevenir la formación de moho. Además, es muy recomendable que guardes la almohada en una posición plana para mantener la forma original.
Inspección regular
Realiza inspecciones periódicas de tu almohada. Busca signos de desgaste como costuras sueltas o rellenos desplazados. Si notas algún problema, repáralo de inmediato para evitar daños mayores.
Siguiendo estos conejos podrás garantizar que tus almohadas se mantengan frescas, limpias y cómodas durante mucho tiempo. Si tienes alguna duda al respecto, contacta con Almohadas & Cojines. Nuestros profesionales te darán toda la información que necesites y el mejor asesoramiento posible.